Situado sobre una pequeña colina del término de Huesca y dentro de la comarca de Ribagorza, se encuentra la pequeña localidad y a la vez joya del medievo aragonés llamada Roda de Isábena. La descubrimos un día de esos que no podíamos salir a la montaña debido al mal tiempo y que finalmente decidimos hacer algo cultural.
Recorrimos sus calles medievales, disfrutando de los originales rincones y plazoletas que nos remontaron a otra época y lo que nos terminó de impactar fue su sorprendente y magnífica catedral.
No te conformes con verla por fuera. Dentro descubrirás un espectacular claustro asomándose a un jardín a través de una balaustrada románica en cuyos ábacos, capitales y sillares hay inscrito un necrológico de los siglos XII y XIII. Respecto a la iglesia, te sorprenderá la cripta dividida en tres estancias. La central que es una verdadera maravilla abre mediante tres arcos doblados de medio punto directamente a la nave, quedando el presbiterio sobreelevado. En ella, se encuentra el sarcófago de San Ramón, en el que hay cuatro placas esculpidas sostenidas por columnillas con figuras en altorrelieve. Las placas representan la Anunciación, la Visitación, la Natividad. Desde esta cripta central se accede a las laterales. La cripta norte tiene una nave estrecha y alargada, cubierta con bóveda de cañón, y cabecera semicircular con restos de frescos románicos que cierra con bóveda de horno. En el ábside destaca un Pantocrátor flanqueado por el Tetramorfos.
Debido a su ubicación privilegiada Roda de Isábena se encuentra dominando el valle del río. Hay varios miradores del paisaje, pero el que no te debes perder es el balcón del Portal de Santa Ana que es la antigua entrada a Roda.
Ves a visitar está localidad. Seguro que te encantará.